A Hugo Bonet Rodríguez, un revolucionario cabal, esta recreación libre y amorosa. Tres jóvenes guerrilleros están listos para su primera misión en Cusco. Fueron entrenados en Cuba y defendieron Playa Girón. Hasta el Che Guevara les dio una palmadita de ánimo. Están listos, los tres, para las armas y la revolución. Desde otra cuenca, un grupo de músicos ecuatorianos confluyen en el Cusco. Traen trova y protesta, letra e insurgencia. Más que tira balas, son medio hippies. Músicos y guerrilleros se juntan. Beben, cantan, fraternizan y comparten la ideología. Están, por así decirlo, en el mismo cauce, aunque cada uno tiene distinto caudal. Las copas van y vienen, la confianza se consolida y la amistad se argumenta. La conversación aterriza en el asunto de las drogas, en la marihuana y el LSD. Entre debates y forcejeos de valentía, los tres guerrilleros, Leoncio, Pedro y Javier, deciden probar la moda psicodélica. … Los tres guerrilleros se retiran de la reunión. Caminan por las ...
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